miércoles, 28 de octubre de 2015

Ser madre y no morir en el intento.

Aquí tenéis no se si a una mala madre que tan de moda están, o a una madre que le cuesta aterrizar. Y es que siento una tremenda desubicación.

Antes sabía que era una mujer soltera, después casada, que tenía que trabajar y mantener una casa medianamente ordenada, que podía salir y entrar cuando le apeteciera y hacer de su tiempo libre lo que le diera la gana, gozaba de relativa libertad, ni más ni menos que el resto pagar impuestos, seguros y demás, pero nadie se metía en que hacía con mi vida o (y puede que aquí radique el quiz de la cuestión) a mi no me afectaba, ni siquiera me importaba.


Pero... Te conviertes en  madre, e incluso a mi persona poco ambiciosa y poco amiga de importarme el que dirán, te afectan ciertos comentarios. Para empezar he descubierto o ha aflorado mi lado sensible que si bien ya debía tenerlo estaba más escondido que ahora, lo digo porque lloro y me emociono con suma facilidad. Vamos con cualquier cosa que veo en la tele, menos mal que mis minutos de tele diaria se resumen en Peppa Pig (temo el día que muera el abuelo de Peppa).

Sientes que te cuestionan permanentemente, empiezan por la pregunta de "¿No das el pecho?" acompañada de miradas de desaprovación, pero tranquilas he hablado con amigas que dieron pecho, si a entender del entrevistador (porque tal parecen) el peque ya es muy mayor entonces la pregunta pasa a ser "¿Aún le das el pecho?" con la misma mirada, vamos que el caso es dar por...

Tu atuendo puede cambiar, las faldas corta son un peligro sobretodo como cuando en mi casa el peque camina o está empezando porque agachate tú, o en este caso yo sin que los parroquianos de vean la ropa interior, o cuidado con los escotes al agacharte idem de lo mismo, el parque y las carreras, los juegos, pueden (no tiene porqué pero puede) dar paso a una ropa más de sport, coleta y playeros, entonces te dirán que poco arreglada vas, pareces cansada. No que va, llevo 13 meses sin dormir 4 horas seguidas pero no estoy cansada.

Yo también era de las que no soportaba a las madres pesadas que no dejan de hablar de sus hijos, por eso intento no dar la turra sobre mi amor y devoción por él.
Pero claro, tienes amigas sin hijos, y para ellas quieras o no te has convertido en el otro bando, ese al que antes criticabais por soso y aburrido, entonces un buen día te proponen salir, pero claro ya te ponen el letrero de sólo chicas, o lo que es lo mismo stop bebés. Y ahí está el otro gran dilema, si dejas a tu hijo con los abuelos y sales de fiesta, que desconsiderada, cargar a los abuelos para irse de fiesta, y si eres de la acera contraria y no vas a ningún sitio sin tu bebé y todo tu tiempo libre lo pasas con él no como una obligación o una tediosa tarea sino como el que pasa el tiempo con el ser más maravilloso y que más lo llena, entonces eres una madre tarada porque hay que buscar tiempo para seguir siendo mujer, seguir saliendo, ser una persona cultivada e interesante.


¿Pues sabes qué? Que puede irse todo el mundo por ahí, basta ya de presiones de etiquetas, eres una madre así o eres una madre asá, educas a tu hijo de esta o de aquella manera, que cada uno viva como le de la gana y viva la experiencia de la maternidad de una forma responsable pero a su manera, que puede no ser la mejor forma pero es la suya.



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