lunes, 11 de mayo de 2015

Vivir en un pueblo es agradable,  una villa marinera reconvertida en destino turístico en el pleno norte es un lugar estupendo para ver crecer un bebé.


Paseando al lado del mar, con multitud de parques infantiles. Cuando nos vinimos a vivir hubo quien no dijo que aquí las o tienes hijo o tienes perro, al año justo nació Enol así que nuestra opción está clara.

Paseas y enseguida conoces gente o te encuentras con gente, en general personas que conoces a raíz del hecho sociabilizador o dicho de otro modo: Parto, es agradable encontrarte con otras madres, en general aprendes mucho y te consuelas sabiendo que no eres la única que no duerme, que tu hijo no es el único en hacer lanzamiento con cualquier fruta a su alcance, opiniones de otros pediatras etc. Ya os digo que a veces muy útil.
Hay otros que pueden ser un verdadero tostón e incluso fuente de complejos o inseguridades, ya que sus hijo/a siempre sabe hacer de todo, está muy espabilado/a, ya dice palabras, ya gatea-camina-come etc. Si como en mi caso tienes un hijo más bien pancho y encima no sabes nada de bebés puedes llegar a pensar que no lo estimulas lo suficiente  o a saber... No cunda el pánico.  Siempre ha habido y siempre habrá los típicos padres y abuelos pesados con los niños más guapos, listos y preparados, hay que dejarlos no invirtáis vuestro tiempo contra ello, ninguna persona (sin ningún problema) no aprendió a caminar, hablar o se quedó sin dientes o sin pelo.

Así que aquí una madre sin agobios que se dedica a disfrutar de su pequeño y ya está.

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